COMUNICACIÓN ORAL

Oratoria

El arte de hablar es el arte de persuadir.
Se ha dicho que se aprende a hablar bien, haciéndolo, intentándolo .
Una cuestión previa para lograr una adecuada comunicación es saber lo que se quiere decir exactamente.
La formula más simple para evitar que el receptor se pierda, es que el emisor mientras hable, vaya colocando las ideas unas después de las otras.
El orden en el correr de las ideas ha de ser tal, que el oyente no se vea precisado a coordinarlas en su cerebro.
La Voz: Es el instrumento principal de un orador.
La voz depende en gran medida de que el emisor pueda respirar bien, lo cual le ayudara a atenuar o suprimir la tensión nerviosa y a disciplinar su voz, lo que le permitirá manejarla con intensidad, expresión y entonación, al mismo tiempo que graduar los ritmos y pausas que son obligadas en la comunicación oral.
Dicción: Es la manera de pronunciar las palabras dentro de las condiciones que rige las reglas gramaticales. El desconocimiento del idioma hace que cometamos muchos errores imperdonables. Por tanto el buen orador debe profundizar en el estudio y la practica de la Ortología, que nos enseña la correcta pronunciación de las palabras.
Las cualidades primordiales del estilo oral son:
1.      Claridad.
2.      Concisión.
3.      Coherencia.
4.      Sencillez.
5.      Naturalidad.
Claridad: Un estilo es claro cuando el pensamiento del que emite el mensaje penetra sin esfuerzo en la mente del receptor.
Concisión: Resulta de utilizar solo palabras indispensables, justas y significativas para expresar lo que se quiere decir.
Nota: Es absurdo abusar de la atención de un auditorio durante una hora, cuando el tema puede desarrollarse y agotarse en 30 minutos.
Coherencia: cuando se habla para un público, cuando se comunica oralmente, el orden en el correr de las ideas ha de ser tal, que el oyente no se vea precisado a coordinarlas en su cerebro.
Sencillez: huye de lo complicado.
Naturalidad: Un orador será natural cuando se sirve de su propio vocabulario, de su habitual modo expresivo. Hablar naturalmente es procurar que las palabras y las frases sean las propias, esto es, las que el tema exige, huyendo siempre de la afectación y del rebuscamiento; (pero sin caer en la vulgaridad).
Ejercicios 1.
Hable siempre durante la respiración.
Cada vez que efectúe una inspiración, haga que esta coincida con un alto en la emisión de la voz.
Cultive la facultad de inspirar profunda y rápidamente y de economizar el aliento al hablar.
Parado delante de un espejo, para observar el juego de los labios, comience por vocalizar primero las cinco vocales (a, e, i , o, u), esmerándose porque suenen claras, sin levantar ni forzar el tono de voz. A intervalos descanse y respire 5 o 6 veces aspirando lenta y profundamente por la nariz y aspirando por la boca.
Delante del espejo vocalice las silabas as-es-is-os-us, hasta conseguir que la S suene clara, pero no silbante. Descanse practicado los ejercicios respiratorios.
Vocalice palabras con consonantes liquidas (L y R), tales como: propio, apropiar, aprisionar, mal, palma, etc.
Vocalice palabras terminadas en “do(asado, cansado, pelado, etc.), para evitar decir: (asao, cansao, pelao, etc.).
Frente a un espejo inspire profundamente por la nariz. Espire lentamente por la boca. Repita diez veces el ejercicio.
Ideas y sentimientos a través de la voz
Para lograr transmitir ideas y sentimientos a través de la voz, debemos tener en cuenta: la claridad, la intensidad, la flexibilidad, el ritmo, el tono y el énfasis.
La claridad: es preciso hablar despacio para articular con claridad.
La intensidad: es pues una de las responsabilidades básicas de cualquier orador o conferenciante hacer el uso más adecuado de su fuerza vocal, es decir, debe hablar con intensidad suficiente para ser oído por todo el auditorio.
Nota: hablar en voz baja puede sugerir que no está seguro de si o que no cree verdaderamente en aquello que dice.
Ojo: a veces, para atraer más la atención y aun para provocarla, será necesario bajar mucho el volumen de la voz; en otros casos será conveniente levantarlo más, lo cual es un recurso muy eficaz para despertar el interés cuando este languideciendo.
La flexibilidad: en ella hay que tener en cuenta la velocidad y la pausa.
·         La velocidad: la mayor parte de los que hablan con excesiva velocidad, fatigan a quienes quisieran escucharle, los cuales acaban por desentenderse del orador. Otros, en cambio, hablan con desesperante lentitud. ¿A qué velocidad debe hablarse?
Nota: En términos generales podemos decir que se habla con menor velocidad cuando los oyentes están poco familiarizados con el tema que se trata, o cuando el nivel intelectual de aquellos sea muy diverso.
En cambio, si se trata de un tema superficial que puede seguirse fácilmente por el auditorio, se hablara con mayor velocidad que si se trata de una cuestión más compleja.
La velocidad ha de adecuarse al tema, al auditorio y al valor de las ideas que quieran destacarse.
Pausas: las pausas sirven para puntualizar los pensamientos. Las pausas de distinta duración nos ayuda a separar las palabras habladas en unidades que tienen un significado en conjunto.
La pausa permite fácilmente las inflexiones de la voz, el cambio de tono y de ritmo y en definitiva contribuye, si se hace buen uso de ella, a mantener más viva la atención.
Las pausas pueden ser: Sicológicas, lógicas, afectivas y respiratorias.
Las Sicológicas: se producen cuando el ánimo del orador quiere permitir al auditorio un momento de reflexión.
Las Lógicas: se usan cuando lo exige el contexto de la frase y generalmente son breves, al término de una frase importante, o de mayor duración, cuando se va a abordar un nuevo desarrollo.
Las Afectivas: cuando se desea suscitar la emoción del oyente.
Las respiratorias: cuando agotada la espiración, se hace forzosa inspiración.
Ritmo: El ritmo está íntimamente relacionado con la velocidad en el habla. Hay momentos en que se ha de hablar con más velocidad que otros. Los contrastes en el ritmo tienen gran importancia para dar expresividad y sentido a nuestra palabra y para retener más fácilmente la atención del que escucha.
El individuo entusiasta pero al mismo tiempo reflexivo, varia su ritmo, empleando esta variación para demostrar la intensidad de sus convicciones o la profundidad de sus sentimientos.
Tono: Es el grado bajo o elevado de la voz, dependiendo de las vibraciones que producen el sonido. No todas las personas tienen las cuerdas vocales iguales, por eso las voces varían.
Hay voces bajas, agudas, suaves, fuertes, dulces, enérgicas, temerosas, agresivas y desagradables. Si se habla muy despacio, resulta aburrido y monótono. Se debe leer con un tono y velocidad de acuerdo al tema, poniendo color y expresiones a lo que se dice.
·         La Entonación: ES el grado de elocución, inflexión y expresión de la voz alcanzada para lograr una expresión oral de la máxima calidad.
·         La entonación es la principal característica de la frase, depende de las variaciones de la frecuencia de vibración de las cuerdas vocales.
·         La entonación abarca la totalidad de la frase y puede contribuir tanto en el cambio de su significado como en la expresión de determinados estados psíquicos o determinados sentimientos (satisfacción, desprecio, ira, etc.).
·         La Entonación puede ser: ascendente y descendente.
·         La Ascendente: sugiere interrogación, indecisión, incertidumbre o suspenso.
·         La Descendente: Sugiere firmeza, determinación, certeza, decisión o confianza.
Énfasis: Dar sentido a lo que se dice, acentuar lo que tiene mas interés, poner énfasis en aquellas partes, palabras o frases, en las que el emisor quieres llamar la atención de los que le escuchan, es fundamental en la transmisión oral de las ideas.
El no valorar antes lo que el es la parte neurálgica del discurso, donde ha de ponerse énfasis para que sobresalga la idea principal, hace difícil que entren con claridad en la mente de los que escuchan las ideas básicas del mensaje transmitido.
Fluidez: Es la facilidad de expresión que hace el habla mas comprensible, en toda y elegante.
Timbre: Es el sonido característico de una voz. Esta cualidad es la que nos permite identificar quien esta hablando, sea- por radio, televisión, teléfono o personal, por el solo sonido de la voz. Cada persona tiene su timbre o sonido peculiar de voz, esta dependerá de las condiciones individuales de los órganos fonéticos.
Intensidad: Es el mayor o menor grado de fuerza, al emitir sonidos al hablar.
Estilo: El estilo es la manera que cada quien tiene de crear expresiones para comunicar su pensamiento.
Es el esfuerzo mediante el cual la inteligencia y la imaginación encuentran los matices, las relaciones de expresiones y de las imágenes, en las ideas y en las palabras, o en las relaciones entre unas y otras.
La Expresión Corporal
El cuerpo, con sus movimientos o con la ausencia de ellos, interviene decisivamente en la comunicación oral, de tal manera que no es fácil de concebir una comunicación a través de la palabra hablada en la que no entre en juego todo el ser que la pronuncia.
En la vida cotidiana, una persona puede, sin hablarnos, comunicarnos una impresión de hostilidad, de desden o de indigencia, por solo el movimiento de sus hombros, de sus manos o de sus cejas.
En todo orador el gesto rivaliza con la palabra. Celoso de la palabra el gesto corre detrás del pensamiento y procura, el también, servir de interprete.
Normalmente los oyentes ven al orador a la vez que lo están escuchando, por lo que la conducta física de este cuando se encuentra en el pulpito, es de suma importancia.
El valor del aspecto físico y de la actividad corporal es pues, manifiesto. El auditorio aprecia el significado de la expresión facial del predicador, del modo en que se sitúa o desplaza, del gesto de la cabeza, los brazos, los hombros y las manos.
La ligera contracción de un hombro o el movimiento expresivo de una mano son a veces más reveladores que un centenar de palabras.
Posición: No es una buena norma dar la impresión de que nos amparamos detrás del pulpito, sino que en ciertos momentos es conveniente permanecer a un lado del mismo y moverse unos pasos para acentuar el énfasis de las palabras.
Evitemos que todo el peso del cuerpo descanse sobre los talones.
Cuando se habla de pie causa mala impresión que el orador se empine de puntillas y descienda otra vez, produciendo un movimiento de sube y baja, o balanceándose de derecha a izquierda, apoyando el peso en cada uno de los pies alternativamente.
Algunos oradores se frotaran continuamente las manos con un jabón invisible, o enlazaran y desenlazaran sus dedos, o no sabrán que hacer con sus manos, o preferirán hablar con estas en los bolsillos.
Gestos: Los gestos (complementos de la palabra y en contadas ocasiones sustitutos de ella) son los movimientos realizados por alguna parte del cuerpo, ya sea la cabeza, los hombros, los brazos o las manos, para reforzar o demostrar lo que decimos.
Los gestos, los modales, los ademanes y los movimientos corporales, todos, son los que le dan al discurso, realce, belleza y afirmación.
Un discurso que este acompañado de unos gestos y modales adecuados causaran una buena impresión al público.
El gesto puede llegar a donde la palabra no llega y puede expresar con fidelidad estados de ánimo que la palabra a veces no puede reflejar.
Los gestos para ser eficaces, tienen que proceder espontáneamente de un estado de ánimo de ansiedad, entusiasmo o emoción.
Gestos y mímicas eficaces
Sinceridad: Concordancia entre lo que se siente y lo que se revela a través del gesto o la mímica.
Sincronismo: cuando las palabras expresen duda será el momento preciso en que deba aparecer un rictus dubitativo en el rostro del emisor.
Exactitud: no bastara solamente apuntar un gesto ni abandonarlo después de haberlo comenzado.
Diversidad: decían los antiguos que las cosas dos veces repetida agradan.
Sencillez: Preséntese uno tal cual es, sin ademanes afectados, ni gestos preciosistas ni mímicas demasiada estudiadas.
Nota: Evítense a toda costa las falsas nodrizas, los ojos deliberadamente entornados, los movimientos pedantescos o las admiraciones suspiradas, que se apartan de la naturalidad.
Empleo de las manos y brazos
Debe evitarse poner una mano en el bolsilla, pero es todas luces incorrecto poner las dos.
Los gestos convencionales: son aquellos movimientos básicos de las manos y brazos que, gracias a la rutina de la costumbre, han llegado a constituir una especie de lenguaje por signos de carácter universal.
Señalar, indicar: Cuando el orador quiere llamar la atención sobre una idea u objeto, apunta hacia él con el índice de la mano derecha, o de la izquierda.
Dar o Recibir: Tanto para una acción como para la otra, el orador extiende la mano con la palma hacia arriba. Se usa con frecuencia este mismo gesto cuando el emisor quiere presentar una idea nueva, o cuando pide ayuda al auditorio para la idea que expone.
Rehusar, rechazar: con un movimiento oscilante de la mano con la palma hacia el público, se expresa generalmente la desaprobación de una idea.
Apretados los puños: Expresa la intensidad de un sentimiento, como ira o firme determinación.
Precaución: De la misma manera que cuando quiere calmarse la excitación de una persona, se apoya la mano en su hombro o se palmotea suavemente su espalda, el orador emplea un movimiento parecido de la mano, como si se apoyara en una espalda imaginaria, para advertir a los oyentes del peligro que encierra perder al ecuanimidad.
División: Cuando se pretende indicar la separación neta y clara de los hechos o las ideas en varios grupos, el orador se sirve del gesto de acercar y separar las palmas de las manos ante si, manteniéndolas paralelas.
Los Gestos Descriptivos: Se trata de movimientos de las manos y brazos, menos tradicionales y mas individualizados, con los cuales se pretende describir o imitar directamente la idea o concepto que se quiere comunicar. Ej.:
Con el movimiento de la mano y el brazo, el orador puede ofrecer una idea del tamaño, la forma y hasta el funcionamiento de un aparato.
Blandiendo el brazo al aire puede mostrarse el vigor con que fue hecha una agresión mediante los puños.
La baja estatura de una persona, manteniendo la mano paralela al suelo a la altura que alcanzaría la cabeza de la misma.
La velocidad de un automóvil, por medio del rápido movimiento del brazo por delante de la cara de los interlocutores.
Los detalles de un movimiento complicado, con la repetición del mismo movimiento.
Los Gestos Faciales
La expresión facial, igual que los demás gestos, ha de ser siempre natural y espontánea, de modo que pueda revelar una convicción sincera y un sentimiento profundo.
Notas importantes:
1.      Nadie da lo que tiene.
2.      Fichas con ideas.
3.      Introducción de impacto.
4.      Utiliza ejemplos prácticos.
5.      Movimiento.
6.      La Voz.
7.      Vestimenta
    8.  ¿Y qué pasa si me pongo nervioso?
    9. Preparación.
Requisitos para una buena comunicación oral:
1.      Conocer con exactitud lo que se quiere comunicar.
2.      Expresar lo que realmente se quiere comunicar.
3.      Decirlo con un tono adecuado que provoque aceptación en el receptor.
4.      Expresarse de manera clara.
5.      Concreción de la idea.
6.      Adecuación del tono.
7.      Hablar para que se entienda a medida que se nos escucha.
8.      Utilizar la palabra exacta.
9.      ¡Si no sabes, cállate!
10.  La información es la base de todo discurso. Antes de hablar, investiga los asuntos.
¿Cómo lograr que tu auditorio te preste atención y haga caso? Para que tu discurso tenga éxito es imprescindible que digas cosas que para tus oyentes sean al mismo tiempo pertinentes, claras y significativas.
Pregunta e investiga bien los asuntos antes de hablar. Te conviene callar en vez de quedar en ridículo si alguien te corrige delante de todos.
Recursos para lograrlo: Interésate profundamente el asunto, investiga a fondo los detalles e interprétalos de la manera más simple posible. Vive en armonía con lo que predicas, visualiza tu discurso y dale vitalidad citando ejemplos prácticos y fáciles de captar.
Ejercicios de entonación, respiración, pronunciación y modulación.
De entonación: los ejercicios de entonación son aquellos que te permiten seleccionar el tono que debes usar para llegar con un sonido agradable a tu audiencia, de acuerdo con el timbre natural de tu voz y las circunstancias.
Timbre: altos, altos intermedios, medios, bajos intermedio, bajos.
De Respiración: son aquellos que mejoran tu potencia ayudándote a controlar y aprovechar mejor el aire de tus pulmones. Te permiten hablar una mayor cantidad de palabras con una sola respiración. Por ejemplo, lee este párrafo con una solo respiración sin detenerte en los signos de puntuación. Si lo logaras, tienes una excelente capacidad. Si solo llegas hasta la mitad, o menos, sigue practicando. Poco a poco lo lograras y tú potencia crecerá.
Al acostarte, practica por varios minutos el ejercicio de la respiración. Inhala hasta donde puedas (por la nariz) y exhala hasta vaciarte completamente (por la boca). Al inhalar, comienza llenándote “la panza” de aire, y luego los pulmones. Al exhalar, vacía primero el diafragma (el vientre) y con el haz presión interna para vaciar los pulmones.
De Pronunciación: los ejercicios de pronunciación son aquellos que te habilitan para hablar correctamente. Cuando hayas dominado el arte de “escribir con la voz”, entonces habrás amaestrado la correcta pronunciación.
Explota el sonido de las consonantes S, K X, B, V, M, N, Ñ, L, R, y las vocales A, E, I, O, U, y poco a poco tu voz comenzara a sonar como una cascada, tanto segura como refrescante.
Tu “S”, debe chocar con tus dientes frontales superiores. En América Latina, no distingas las Eses de la Zetas en el idioma coloquial. Zapato es Sapato, a menos que estés dictando, o vivas en Madrid.
La “K”, o el sonido de la K.:
Doctor, no es Dotor, es Dok-tor.
Directo, no es Direto, es Direk-to.
Bistec, no es Bisté, es Bistek.
Arquitecto, no es Arquiteto, es Arquitek-to.
·         La “X”, es una composición de K y S.
Exótico, no es Essotico, es Ek-sótico.
Excremento, no es Ecremento o Escremento, es Ek-scremento.
Kotex, no es Kote o Kotes, es Kotek-s.
Auxilio, no es ausilio, es Auk-silio.
Exorsista, no es Esorsista, es Ek-sorsista.
Exquisito, no es Esquisito, es Ek-squisito.
·         La “B”, es un “sonido labial” producido por la explosión de los dos labios hacia fuera: “B”.
·         Muy diferentes de la “V”, que es un “sonido labio-dental” que se produce con la separación de los dientes frontales inferiores del labio superior.
Vientre, vaina (no baina), vidrio, verdugo, víbora, vagabundo.
Recuerda que Gravar no es lo mismo que Grabar.
·         La “M” y la “N” tienen su sonido y pronunciación singular, aunque muy parecidos.
No es estábano o estabanos, es estábamos.
No es estamte, es estante.
No es Bonbero, es Bombero.
·         Con la “R” y la “L” si tenemos muchos problemas por la deformación regional del idioma.
Hablal por hablar.
Tocal por Tocar.
Dotol por Doctor y Brindal por Brindar.
Este error refleja una absoluta carencia de cultura y educación.

Vocabulario que debes conocer relacionado con la oratoria:
Oratoria: Es el arte de hablar bien en público.
Alocución: Discurso que se dirige al público.
Orador: El que habla delante del público.
Discurso: Pieza oratoria compuesta para decirla al público.
Arenga: Discurso generalmente de tono elevado para enardecer al público.
Disfasia: Perturbación del lenguaje por una lesión cerebral.
Comunicación: Es decir y transmitir a los demás los propios sentimientos y acciones.
Los elementos que integran la comunicación, cualquiera que sea la naturaleza de esta, son:
Emisor: el que habla o escribe.
Receptor o Destinatario: el que escucha o lee.
Mensaje: lo que el emisor transmite al receptor o destinatario.
Código: Es el conjunto de signos y señales que se usan en la transmisión del mensaje. El código es el lenguaje común al emisor y al receptor que permite el entendimiento del mensaje.
Canal: Es el soporte físico constituido, ya sea por la voz humana, la escritura, la música o cualquier otro medio que permita establece y mantener la comunicación.
Codificación: Es la acción que realiza el emisor de escoger entre las unidades de su código, las que son adecuadas para formar el mensaje que desea transmitir.
Situación: Circunstancias psicológicas, sociales, emocionales, etc. que rodean al “E” y al “R” y que condicionan el mensaje e influyen en su transmisión y recepción.
Ruido: Cualquier interferencia que, afectando a cualquiera de los demás elementos, produce el fracaso del acto de comunicación.

Fechas Importantes:
Informes orales
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