COMUNICACIÓN ESCRITA

¿Qué es el texto argumentativo?
La argumentación es un modo de organizar el discurso que pretende conseguir la adhesión de un auditorio a las tesis u opiniones que sostiene el autor. La argumentación se utiliza normalmente para desarrollar temas que se prestan a cierta controversia.
La argumentación se identifica con el enunciado de un problema o situación que admite posiciones a favor o en contra de una tesis (opinión que se defiende). Argumentar es, por tanto, aportar razones para defender una opinión.
Toda argumentación tiene un carácter dialógico, es decir, presupone un diálogo con el pensamiento del interlocutor para transformar su opinión (tesis y argumentos, por un lado; antitesis y contraargumentos, por el otro). Por ello se ha de presuponer la existencia de dos o más interlocutores (el escritor y su/s oponente/s). De aquí se deduce la necesidad de tener en cuenta al destinatario (identificarlo, conocer sus gustos y valores, prever su opinión...) para seleccionar los argumentos o premisas más adecuados y eficaces, y para contraargumentar (exponer razones que contrarresten o invaliden los razonamientos ajenos).
Como práctica social, la argumentación implica una forma específica de interacción ante la presencia de una discrepancia o conflicto. Tanto en la participación en distintas instancias de la vida pública como en el ámbito privado, la argumentación ofrece una alternativa a las formas directas de la imposición o la violencia para resolver situaciones problemáticas en las que no existe consenso. Desde un punto de vista pragmático, la argumentación es un acto de habla complejo cuyo propósito es contribuir a la resolución de una diferencia de opinión.
Por otro lado, la argumentación, por importante que sea en un texto, suele combinarse con otros modos de organizar el discurso, como la explicación o la descripción, para conseguir un texto más eficaz y dinámico. Así ocurre en el ensayo, en el que predomina el procedimiento argumentativo en combinación con la exposición. Otros textos en los que se emplea con profusión la argumentación son los textos científicos, los jurídicos y algunas modalidades de textos técnicos, por ejemplo el informe.
El discurso argumentativo, pues, se realiza en una amplia variedad de formas textuales que apelan a recursos muy diversos y poseen distinto grado de complejidad. Las situaciones más comunes en que se emplea la argumentación son las siguientes:
1. Situaciones de carácter interpersonal: vida cotidiana (discusión entre dos personas con diferente punto de vista), entrevista laboral, etc. Se caracterizan por la utilización de un discurso poco planificado.
2. Situaciones de carácter social: cartas al director, artículos de opinión, manifiestos, anuncios publicitarios, debates, mesas redondas... Emplean un discurso más planificado y estructurado, con una gramática más elaborada y precisa.
3. Situaciones técnicas: ámbito científico, jurídico y administrativo... (artículos de investigación, tratados, instancias, alegatos, sentencias, demandas...). Usan estructuras muy formalizadas, en un discurso técnico.
4. Situaciones académicas: los exámenes, informes, trabajos académicos. En el ámbito académico (exámenes, informes, trabajos académicos) saber argumentar bien es imprescindible para defender con éxito la posición que se sostiene. Para ello, es importante examinar los posibles argumentos de los contrincantes y buscar argumentos sólidos que defiendan nuestras conclusiones.

Estructura de los textos argumentativos
Los textos argumentativos, como los expositivos, basan una parte importante de su efectividad en la buena organización de las ideas con las que se pretende convencer o persuadir. De entre las variadas formas con las que se puede manifestar este modo de organizar el discurso, analizaremos la estructura más habitual establecida ya en la Antigüedad por la retórica clásica. Todo texto argumentativo se articula en torno a cuatro partes fundamentales:
1. Presentación o introducción
Tiene como finalidad presentar el tema sobre el que se argumenta, captar la atención del destinatario y despertar en él el interés y una actitud favorable.
2. Exposición de la tesis
La tesis es la postura que se mantiene ante el tema. Puede aparecer al principio o al final del texto y es el núcleo de la argumentación.
Una tesis puede ser una opinión subjetiva, en el caso de la argumentación informal; en cambio, si se trata de un trabajo académico de investigación, la tesis tiene que ser una hipótesis científica. Cabe destacar que una tesis que no se apoye en argumentos racionales no constituye una argumentación académica. Solamente los datos objetivos o las afirmaciones demostrables científicamente constituyen argumentos válidos en un texto científico-técnico.
Al defender una opinión suele adoptarse una de estas tres posturas argumentativas:
a) Postura positiva: el emisor-argumentador aporta argumentos que apoyan su tesis (argumentación positiva o de prueba).
b) Postura negativa: se ofrecen razones que refutan o rechazan argumentos contrarios al propio punto de vista (argumentación negativa o de refutación).
c) Postura ecléctica: se aceptan algunas razones ajenas (concesiones) y se aportan argumentos propios.
3. Cuerpo argumentativo y antítesis
Una vez expuesta la tesis, empieza la argumentación propiamente dicha. Se trata bien de justificar la tesis con la presentación de pruebas y argumentos variados (argumentación positiva), refutar la tesis contraria, o admitir algún argumento contrario (concesión) para contra argumentar.
Con el objetivo de lograr persuadir al destinatario, el emisor puede desplegar una serie de estrategias argumentativas. Puede recurrir a las citas de autoridad y a la ejemplificación, a la analogía, a la exposición de las causas y las consecuencias que comporta la adopción de sus ideas, al refuerzo de su opinión mediante datos objetivos (como, por ejemplo, resultados estadísticos o sondeos), o a la discusión y desestimación de posibles objeciones a la tesis adoptada.
4. Conclusión
Se recuerda al interlocutor la tesis, las partes más relevantes de lo expuesto y se insiste en la posición argumentativa adoptada.
En las argumentaciones escritas (textos científicos y técnicos, humanísticos, ensayos...), los esquemas más utilizados son:
a) Argumentación deductiva. Presenta una orientación demostrativa: se parte de una o varias ideas generales (tesis) para llegar a una conclusión (que reafirma la tesis de partida o propone nuevas tesis) mediante la presentación de hechos, pruebas y argumentos.
b) Argumentación inductiva. Se parte de la presentación de una serie de argumentos y, tras análisis y razonamientos variados, se llega, a modo de conclusión, a una tesis que se infiere de dichos argumentos.
c) Argumentación mixta. Contiene a la vez elementos del esquema deductivo y del inductivo. Se formula al principio la tesis, se muestran hechos, casos o razonamientos que la confirmen y, al final, se repite la tesis, casi siempre con alguna variante.

¿Cómo se hace?
1. Explorar la cuestión
El primer paso es la indagación; antes de empezar a escribir un texto argumentativo hay que explorar la cuestión, es decir, el problema o situación que admite posiciones a favor o en contra de una tesis, y considerar las diversas posiciones. Para ello se requiere:
a) Explorar los argumentos sobre todos los aspectos de la cuestión
Nuestra tarea consiste en dar una opinión bien informada que pueda ser defendida con argumentos sólidos. Nos informaremos sobre la cuestión, leeremos artículos y hablaremos con personas con diferentes puntos de vista. Así empezaremos también a formular argumentos propios.
b) Cuestionar y defender la tesis
Tendremos que examinar también los argumentos a favor y en contra de la tesis. Hay que convencer al lector de que los argumentos son ciertos, y de que la tesis deriva coherentemente de ellos.
c) Revisar y reconsiderar los argumentos
Después de haber decidido la conclusión que queremos defender y de haber explorado los argumentos, tenemos que pensar en la forma más adecuada de organizarlos: es eficaz discriminar los argumentos fuertes frente a los débiles.
2. Ordenar los puntos principales
Supongamos que hemos llegado a una tesis que pensamos que podemos defender adecuadamente. Ahora hace falta organizar el texto de manera que trate todo lo necesario; prepararemos el esquema.
a) Explicar el problema
Empezamos presentando la pregunta a la que queremos responder. En el ejemplo que proponemos más adelante, la pregunta implícita sería: "¿Vulnera la ley de extranjería española la Declaración Universal de los Derechos Humanos?"
A continuación, explicamos por qué es importante. También hay que considerar al público al que nos dirigimos.
b) Formular una propuesta o afirmación definitiva
Si estamos formulando una propuesta, tenemos que ser específicos. Expondremos, en primer lugar, nuestra afirmación de una manera simple y, a continuación, ofreceremos tantos detalles como sea necesario. Hay que formular de manera clara cuál es nuestro propósito.
c) Desarrollar los argumentos de un modo completo
Una vez que hayamos aclarado la importancia de la cuestión que estamos tratando, y una vez que hayamos decidido exactamente lo que nos proponemos hacer, estamos en condiciones de desarrollar el argumento principal.
Planificar es importante. Un argumento bien desarrollado es mejor que tres argumentos tan sólo esbozados.
d) Examinar las objeciones (contraargumentos)
Hay que anticiparse a preguntas escépticas. De este modo, podemos matizar la tesis de partida.
La mayoría de las tesis no tienen un solo efecto, sino muchos. Tenemos que examinar qué desventajas puede tener nuestra tesis (anticipándonos a las desventajas que otros puedan argumentar como objeciones). Argumentaremos que las ventajas superan a las desventajas (y nos aseguraremos de que realmente lo hacen) y trataremos de responder a las críticas más fuertes o más comunes.
3. Escribir el texto argumentativo
Una vez explorada la cuestión y desarrollado un esquema, es el momento de escribir el texto.
a) Seguir el esquema
Seguiremos el esquema que hemos desarrollado y no pasaremos de un punto a otro, si este debe venir más tarde.
b) Formular una introducción breve
La introducción debe ser breve y precisa; no puede ser una introducción demasiado general.
c) Exponer los argumentos de uno en uno
Como regla general, expondremos un argumento por párrafo. Incluir muchos puntos diversos en el mismo párrafo sólo confunde al lector y hace perder aspectos importantes. Usaremos el argumento principal para plantear los párrafos.
Un buen ensayo primero explica la importancia de la cuestión, luego formula la tesis y finalmente dedica un párrafo (o, a veces, varios párrafos) a cada una de las premisas.
d) Claridad
Las cuestiones que a nosotros nos parecen que están relacionadas, a algún lector le pueden parecer totalmente desvinculadas. Es, por tanto, esencial explicar las conexiones entre las ideas, aun si nos parecen absolutamente claras.
e) Apoyar las objeciones con argumentos
Además de desarrollar nuestros propios argumentos de una manera cuidadosa y completa, también desarrollaremos en detalle los posibles contraargumentos, si bien de un modo no tan completo como los argumentos a favor de la postura defendida.
f) No afirmaremos más de lo que hemos probado
Terminaremos sin prejuicios. Muy rara vez responderemos a todas las objeciones de manera adecuada, y siempre pueden aparecer nuevas objeciones, que no podemos infravalorar.
4. Evitar las falacias
Las falacias son errores en los argumentos. Llamar a algo una falacia normalmente es sólo otra manera de decir que viola una de las reglas de los buenos argumentos que acabamos de exponer. Por ejemplo: si en el desarrollo de los puntos principales se generaliza a partir de una información incompleta (punto c) o si no se examinan las objeciones (punto e).
5. Importancia de los conectores argumentativos en el texto académico
La función básica de los textos argumentativos es presentar una serie de informaciones de manera convincente para guiar al lector hacia las conclusiones que nos interesan. Es imprescindible por ello relacionar las secuencias textuales entre sí.
De acuerdo con las funciones que realizan los conectores argumentativos, distinguiremos tres grupos distintos:
a) Conectores contra argumentativos
a.1) Expresiones conectivas como aunque, a pesar de (que), pese a (que) y si bien (de las que aunque es el conector prototípico).
a.2) Conectores como pero, sin embargo, no obstante, ahora bien, con todo, aun así o de todas formas (pero es el representante paradigmático de este grupo).
a.3) Grupo formado por conectores tales como mientras que, en cambio y por lo contrario (básicamente modifican en el segundo miembro algún aspecto de lo formulado en el primero).
b) Conectores consecutivos
b.1) Conectores integrados en la oración (que presentan la conjunción que): así que, de modo que, de manera que, por lo que, de ahí que, etc.
b.2) Conectores de tipo parentético: por ello/eso, por ese/ tal/ dicho motivo/ razón/ causa, por (lo) tanto, en consecuencia, por consiguiente, por ende, pues, así pues.
c) Conectores aditivos
c.1) Conectores que introducen un nuevo aspecto o punto de vista del tema que se está tratando sin valorarlo desde el punto de vista argumentativo: asimismo, igualmente, de igual/ mismo modo, por otra parte, por otro lado, por su parte, a su vez.
c.2) Conectores que introducen un nuevo aspecto informativo del tema, presentándolo como más fuerte desde el punto de vista argumentativo que los aspectos anteriores: además, encima, por añadidura, por demás, incluso, inclusive.
 
Técnicas argumentativas
A fin de lograr persuadir al destinatario, el emisor puede desplegar una serie de estrategias argumentativas:
1. Argumento deductivo
Los argumentos deductivos, correctamente formulados, son aquellos en los cuales la verdad de sus premisas garantiza la verdad de sus conclusiones.
Si en el ajedrez no hay factores aleatorios, entonces el ajedrez es un juego de pura destreza.
En el ajedrez no hay factores aleatorios.
Por lo tanto, el ajedrez es un juego de pura destreza.
Los argumentos deductivos ofrecen certeza, pero sólo si sus premisas son también ciertas. Aunque no siempre es fácil, hay que tratar de partir de premisas fiables. Las formas deductivas ofrecen una manera efectiva de organizar un texto argumentativo.
2. Argumento por ejemplificación
Es el argumento en el que se pasa de un caso particular a una generalización. A partir del caso se busca mostrar la estructura o la ley que este revela.
Los plagios no se limitan únicamente a la literatura, como muchos podrían creer. El mundo de las ideas está lleno de ellos, lo están la política, los negocios, las panaderías, los periódicos.
3. Argumento por analogía
Es un argumento que se funda en la semejanza de dos estructuras. Su forma más general es A es a B como C es a D. Las partes puestas en relación en la analogía pertenecen a campos diferentes. Podemos interpretar la metáfora como una analogía condensada, resultante de la fusión de elementos que se comparan en una analogía.
Menem vuelve a proponer la pena de muerte para los narcotraficantes. ¿Por qué no mañana para los torturadores, para los terroristas, para los corruptores de menores, para los especuladores? Ejemplares de todas estas especies abundan en la Argentina y contra todas ellas existe un resentimiento popular explicable. Explotarlo es lo demagógico y lo que podría generar una nueva carnicería. (En esta última frase observamos la matàfora que sirve como argumento).
4. Argumento por definición
Su uso argumentativo se observa claramente cuando se selecciona una entre varias definiciones de un mismo concepto.
Se mata a un culpable para enviar una severa advertencia a los que pudieran delinquir, y para salvaguardar a los inocentes. Lo que quiere decir que se usa a un hombre no como fin sino como medio. Se lo usa, se usa su vida, como un telegrama. No lo hacen de otro modo los terroristas, que asesinan a cualquiera no por odio personal, sino para enviar un mensaje al cuerpo social, y por eso se les llama terroristas, es decir, individuos que hacen política no a través de la persuasión sino a través del terror. La pena de muerte como advertencia es un ejemplo de terrorismo de estado, de terrorismo sancionado por ley.

5. Argumento ad personam
Invalida una argumentación desacreditando a la persona que la sostiene o a su pensamiento. Se basa, la mayoría de las veces, en exigir al adversario que sus actos se correspondan con sus palabras. Se emplea para refutar. X afirma A. El hecho de que X sostenga A motiva el rechazo de A.
No es casual que los conspicuos procesistas, ideólogos y dinamizadores de la dictadura pidan hoy, por televisión y con mucho rating, la pena de muerte. Llevan la muerte en el alma.
6. Argumento causal
Trata de explicar cómo la causa conduce al efecto. Esto no siempre resulta sencillo. Cualquiera de dos hechos correlacionados puede causar el otro; las causas pueden ser complejas.
La pena de muerte es ineficaz porque en los países en los que existe no ha diminuido el número de delitos.
7. Argumento por autoridad
Se apoya en mostrar la verdad de la conclusión sobre la base de las cualidades de la persona del enunciador: X sostiene A. El hecho de que lo sostenga X es suficiente para proponer valorar A. Sin embargo, confiar en otros resulta, en ocasiones, arriesgado. Debemos valorar la credibilidad de la fuente.
Organizaciones de derechos humanos dicen que algunos presos son maltratados en México. Por lo tanto, algunos presos son maltratados en México.
8. Regla general
Una regla general es una creencia o un supuesto más o menos aceptado y compartido por la comunidad a la que pertenece el escritor. Es otro elemento importante en el razonamiento argumentativo (como sucede en el ejemplo que presentamos a continuación "La ley de extranjería en España").
La regla general puede aparecer explicitada en el texto, pero a menudo está implícita en la argumentación: dado que es un dato compartido por escritor y lector, no es necesario explicitarlo.
No obstante, si la información que el escritor omite -porque considera que es una regla general- resulta ser una creencia muy minoritaria, o completamente subjetiva, el lector notará que existe un vacío, que hay que dar un salto en la argumentación. Cuanto menos compartida sea la regla general más difícil serà que el argumento convenza al lector. Las argumentaciones anteriores resultarán aceptables en la medida en que el lector dé por válidas las reglas generales en las que se fundamenta el razonamiento.
El texto narrativo
¿Qué es?
La narración es una de las formas de expresión más utilizadas, ya que forma parte de nuestra manera de comprender el mundo, incluso podemos afirmar que predomina por encima de otras formas que se usan para describir la realidad más "distantes" u "objetivas" como pueden ser la definición o la explicación.
Los textos narrativos incluyen la descripción y el diálogo como formas expresivas imprescindibles, ya que, en un cuento o en una novela, son el medio adecuado para caracterizar a los personajes (mediante la descripción y el diálogo) y los ambientes (mediante la descripción). Del mismo modo, en una secuencia explicativa se puede incluir una narración a modo de ejemplo, o en un discurso argumentativo, se puede utilizar como argumento que apela a la experiencia.
En el ámbito académico, la narración constituye un recurso didáctico de primer orden, aunque no suele aparecer como secuencia predominante, sino que se subordina a otras secuencias. Por ejemplo, utilizamos la narración en un informe o en una memoria para presentar las acciones realizadas; en un examen, para mostrar las secuencias de hechos de un acontecimiento importante. Asimismo, en el ámbito de la investigación de las ciencias sociales, la narración se ha convertido en uno de los instrumentos propios de algunas disciplinas. La sociología, la antropología, la sociolingüística, etc. cada vez recurren más a la narración, ya que sirve para introducir testimonios "vivos".
 
Estructura de los textos narrativos
Si nos centramos en la estructura de la secuencia narrativa, podemos distinguir cinco constituyentes básicos:
  • temporalidad: existe una sucesión de acontecimientos en un tiempo que transcurre.
  • unidad temática: esta unidad se garantiza por un Sujeto-Actor.
  • transformación: los estados o predicados cambian.
  • unidad de acción: existe un proceso integrador. A través de una transformación, se parte de una situación inicial hasta llegar a una situación final.
  • causalidad: se crea una sensación de "intriga" a través de las relaciones causales que se establecen entre los acontecimientos.
Por lo que se refiere a las partes, podemos delimitar cuatro partes fundamentales:
  • Planteamiento (situación inicial)
Es la parte inicial del relato que suministra los antecedentes necesarios para que el lector comprende el relato en su integridad. En él se presenta el tema, los personajes, las propiedades del tiempo y del lugar.
  • Desarrollo (transformación)
En esta parte se desarrollan los hechos. Se produce una complicación que modifica el estado precedente y desencadena el relato. Suele ser la parte más extensa del relato.
  • Clímax
El momento más interesante de la sucesión de acontecimientos constituye el clímax; en él la narración llega a su momento cumbre.
  • Desenlace (resolución)
Es la parte final del relato; donde se establece un estado nuevo y diferente respecto de la situación inicial o planteamiento.
¿Cómo se hace?
En toda narración o relato hay que considerar, en primer lugar, la ficción o historia que se va a contar. Ella está constituida por un conjunto de acontecimientos o acciones que se suceden y encadenan entre sí, y que constituyen la trama.
La historia se estructura, normalmente, en el orden cronológico de los acontecimientos principales desde una situación inicial a una situación final. Sin embargo, un relato bien construido no sólo consta del encadenamiento temporal de los acontecimientos; a éstos se les suele añadir otros elementos tales como descripciones, diálogos y reflexiones .
Para redactar una pequeña historia aconsejamos seguir los siguientes pasos:
  1. Elección de un conflicto apropiado para la historia.
  2. Selección del tipo de narrador y punto de vista.
  3. Organización de la trama o acción.
  4. Desarrollo de los personajes por medio de la descripción, diálogo y acción.
  5. Creación del marco o ambiente de la historia mediante la descripción de lugares     y tiempos.

Técnicas narrativas
Para confeccionar un texto narrativo tendremos en cuenta distintas perspectivas. La información que vehicula el texto narrativo variará según estas perspectivas; así, se pueden presentar de forma muy distinta textos con el mismo contenido informativo, según sean los siguientes parámetros:
1. El punto de vista del narrador
Importancia del narrador: el protagonista de una narración, no porque carezca de psicología, sino porque lo espiamos en una sola peripecia, no nos da tiempo para que intimemos con él. El narrador, en cambio, sabiendo que no dispone de tiempo suficiente para lograr esa identificación, de entrada invita al lector a que se identifique, no con el personaje, sino con él. El narrador es el verdadero protagonista de su narración, ni más ni menos que el poeta es el protagonista de su poema lírico.
En la vida práctica el narrador no existe. En la narración, en cambio, sólo existe el narrador. Lo que importa es desde qué punto de vista cuenta un narrador cuya existencia es convencional. El narrador puede narrar gracias a que antes percibió. Se ha de analizar el punto de vista imaginario con que quedaron ordenadas las acciones del cuento.
Podemos distinguir 4 tipos de narradores:
a) Narrador-protagonista: la acción de la narración es la actividad del narrador-protagonista.
b) Narrador-testigo: un personaje menor que observa las acciones externas del protagonista.
c) Narrador-omnisciente: conoce toda la historia y nos cuenta lo que ocurre en el exterior de los personajes, es decir, cómo se mueven, lo que dicen, etcétera. También puede contarnos lo que ocurre en el interior de los personajes, sus pensamientos, sus deseos. Incluso, a veces conoce el futuro, es decir, sabe de antemano el final del relato y lo que los personajes harán.
d) Narrador-cuasi omnisciente: no es omnisciente porque ni entra en las mentes de sus personajes ni sale en busca de explicaciones para completarnos el conocimiento de lo que ha ocurrido. Por ejemplo, oye lo que hablan unos presos en una cárcel, pero si murmuran no oye; tiene libertad de movimientos para observar a su personaje en situaciones privadas a las que una persona ordinaria no podría tener acceso.
Estos puntos de vista pueden mantenerse fijos fijos a lo largo de una narración; pero también se puede elegir más de uno, usándolos sucesivamente y combinándolos.
2. El punto de vista del tiempo
Es la posición cronológica en la que el narrador se sitúa para relatar. Con esta técnica se busca hacer olvidar que hay otro tiempo fuera del ficticio. El narrador puede colocarse en el presente para narrar hechos pasados, en un futuro para narrar hechos pasados, en el mismo tiempo que lo narrado, o en un pasado para contar hechos futuros.
En la narración canónica, el tiempo verbal es el pasado, en sus dieferentes formas. Normalmente, para las acción se utiliza el pretérito anterior y el pluscuamperfecto; para los momentos descriptivos, de presentación del marco de la situación, el teimpo característico es el imperfecto. Sin embargo, también encontramos la utilización del presente, sobretodo en las narraciones que se producen dentro de la conversación espontánea o en aquellos casos en los que se pretende dar mayor realismo a lo que se cuenta.
3. El punto de vista espacial
El espacio es el lugar donde transcurre la acción; el escenario puede presentarse como:
a) una mera ojeada a un lugar
b) una mirada atenta a un ambiente que influye con fuerza en el dinamismo de una trama.
La descripción del escenario está al servicio de la narración y cumple distintas funciones:
a) Dar verosimilitud a la acción: La función más efectiva del marco espaciotemporal de un cuento es la de convencernos de que su acción es probable.
b) Acusar la sensibilidad de los personajes: Revelar el estado de ánimo del narrador e influir en los pensamientos y emociones de sus personajes. La descripción de un ambiente es a veces índice del carácter. Tiene que haber una armonía entre lo físico y lo psíquico.
c) Anudar los hilos de la trama: La descripción del dónde y el cuándo puede valer como "fondo físico" en escenas costumbristas pero también puede valer como "atmósfera", y entonces interviene en el desarrollo de la acción y usurpa el papel principal.
4. La descripción de los personajes
¿Cómo son descritos cada uno de los personajes? ¿Qué sabemos de su aspecto físico y de su carácter?
La descripción de los personajes puede ser:
a) una descripción moral, psicológica; se hace un retrato moral y se dan a conocer los valores del personaje.
b) una descripción física, externa; se hace una descripción exterior de los personajes.
5. Progresión temática
Por lo que se refiere a la progresión temática, se combina principalmente la progresión temática de tipo lineal y la de tipo tema constante, ya que en una narración tan importante es asegurar la unidad temática como hacer progresar la acción con nuevos elementos y describir con detalle aquello que creamos necesario.
6. Conectores y marcadores usados en la narración
Los conectores y los marcadores textuales se usan según las partes de la narración descritas anteriormente. En la parte dedicada a la acción y transformaciones se utilizan básicamente conectores temporales, causales y consecutivos; en las partes descriptivas predominan los conectores espaciales y los organizadores discursivos de orden.
 

El Texto Expositivo Explicativo


¿Qué es el texto explicativo, expositivo o informativo?
Un texto explicativo se define por su intención de hacer comprender a su destinatario un fenómeno o un acontecimiento. La explicación se organiza en torno a una estructura de problema-solución: se parte de un problema de conocimiento al que se trata de dar respuesta con la aportación de información que ofrezca las claves del problema. Por lo tanto, el texto explicativo es aquel que satisface una necesidad cognitiva, resuelve una duda y desencadena procesos de comprensión y de intercomprensión de la realidad.
Una secuencia explicativa se construye siempre a partir del mismo planteamiento: existe un vacío de conocimiento que el texto trata de aclarar. La secuencia explicativa, como las otras secuencias prototípicas, no suele presentarse de forma homogénea en un texto, ya que en un mismo discurso podemos encontrar fragmentos explicativos, argumentativos, narrativos, descriptivos, etc.
Como los textos explicativos tienen como objetivo transmitir la experiencia y el saber científico y cultural de una comunidad, es lógico que esté en la base del discurso académico, ya que es la secuencia textual prototípica para transmitir y construir el conocimiento. Por ejemplo, una secuencia explicativa puede hacer comprender los terremotos definiendo qué son las fallas tectónicas; o mostrar cuáles son las pautas de deterioro del corazón, dando cuenta así de en qué consiste un infarto y en qué situaciones se produce.
Así pues, podemos observar que la secuencia narrativa es la que predomina fundamentalmente en los exámenes, los trabajos académicos, los manuales escolares, las entradas enciclopédicas, los tratados científicos o los artículos de divulgación científica.
Estructura
Cuando se ofrece una explicación, se suele suscitar el interés del destinatario en la cuestión presentando el problema de conocimiento como algo que merece ser explicado, también indicando el encuadre disciplinar o teórico desde el que se abordará. Por eso, los textos explicativos suelen iniciarse con un marco o presentación del vacío de conocimiento que será objeto de la explicación. Una vez presentado y formulado el problema en cuestión, los textos ofrecen una explicación. Finalmente, en muchos textos explicativos se procede a evaluar la explicación propuesta. La estructura típica de las explicaciones en estos discursos es:
  1. Presentación / marco
  2. Planteo del problema (explícito o implícito)
  3. Respuesta del problema
  4. Evaluación conclusival.
¿Cómo se hace?
A. Analizar la situación
Una secuencia explicativa consta de dos movimientos, es decir, debe realizar dos funciones: señalar cuál es el problema de conocimiento y desarrollar la respuesta o solución. Estos dos movimientos pueden corresponderse con dos partes diferenciables del texto, es decir, pueden aparecer varios párrafos destinados a describir el problema; o bien puede bastar con enunciar el problema y desarrollar la respuesta o solución, de modo que prácticamente todo el texto se dedica a este segundo movimiento. Una solución redefine lo que antes era un problema, proporciona un nuevo punto de vista a través del cual se consigue que el problema deje de existir. 
B. Planificar: ordenar las ideas
La estructura de un texto explicativo es mucho más compleja que la de un texto descriptivo o narrativo, puesto que el texto no puede limitarse a "copiar" el orden en que están colocados los objetos en el mundo, ni el orden cronológico de los acontecimientos. Por ello, la estructura de una explicación intenta mostrar el orden del razonamiento, el orden en el que hay que observar el problema para solucionarlo, es decir, un orden lógico o mental, no "real": primero el problema y después la solución, primero lo general y luego lo particular, primero lo más sencillo y después lo más complejo. La explicación debe seguir, de manera explícita, un esquema, con el objeto de que en todo momento el lector sepa en qué punto del esquema se encuentra. Es importante evitar que aparezcan explicaciones en el último momento, explicaciones que no se hayan anunciado con anterioridad, y tampoco pueden faltar datos que el lector espera.
Según el público al que va dirigido un texto explicativo -más o menos culto- y de la intención del autor -didáctica o no- podemos distinguir dos modalidades de textos explicativos: los divulgativos y los especializados.
C. Textualizar
Para dar forma al texto explicativo es útil emplear un conjunto de técnicas explicativas de escritura.
Técnicas explicativas
Con el fin de ampliar los conocimientos del destinatario, el emisor despliega una serie de estrategias y operaciones discursivas que le facilitan la interpretación del texto. Conocer estas estrategias es muy importante para construir con éxito secuencias explicativas.
El emisor puede recurrir a:
· la reformulación (la paráfrasis), para aclarar una información cuya formulación quizá ha resultado poco transparente. En algunos casos se introducen definiciones complejas, difíciles incluso para expertos en el tema. Es entonces cuando resulta útil repetirlas con otras palabras, presentarlas de nuevo desde otro punto de vista para ayudar al lector. Así pues, podemos afirmar que con la reformulación se repite un contenido expresado de otro modo en el texto inmediatamente precedente, de modo que constituye una operación regresiva (se realiza una vuelta atrás en el texto), cuya función es clarificar conceptos.
Para realizar reformulaciones son útiles los marcadores siguienteses decir, esto es, a saber, formulado/ dicho en otras palabras/ en otros términos, etc.
El análisis perceptivo no es, en rigor, una categoría del pensamiento, es decir, no es atribuible al funcionamiento del sistema central.
· la definición, para delimitar el problema sobre la base del conocimiento existente, adjudicando unos atributos al tema/objeto en términos de la pertenencia a una clase y de la especificación de rasgos característicos. Las expresiones verbales más usadas son del tipo: se llama, se refiere a, se define como, está constituido por, contiene, comprende...
La inflación se define como un proceso de elevación continuada de los precios, o lo que es lo mismo, un descenso continuado del valor del dinero.
· la ejemplificación, para hacer inteligibles al lector determinados conceptos que, formulados de modo abstracto, pueden resultar oscuros. Constituye un movimiento discursivo similar a la reformulación, en el sentido de que pretende "parafrasear" algo dicho previamente, pero en este caso se produce un desplazamiento de lo general a lo concreto: es decir, se sale de la idea hacia los datos particulares de la experiencia.
Se alcanza un nivel ciertamente muy elevado de cultura cuando el hombre se libera de la ideas y temores supersticiosos y religiosos, y, por ejemplo, no cree ya en los simpáticos angelitos o en el pecado original.
· las citas de autoridad, el autor demuestra que su presentación es válida porque coincide con la explicación de reconocidos expertos en el tema, o sencillamente demuestra ser él mismo un experto, ya que ha leído todo lo que se ha escrito sobre esa cuestión.
Como ha notado el historiador de la cultura italiano Leonardo Olschki, Colón fue "meticuloso y exhaustivo" facilitando referencias sobre el aspecto de los indígenas, sus costumbres y sus peculiaridades, "pintando, incluso, su vida y sus hábitos con un realismo perspicaz y expresivo".
· La clasificación, para ordenar y sistematizar la información. Las taxonomías permiten incluir el objeto dentro de una categoría determinada y, a la vez, subrayar sus características idiosincrásicas.
¿Qué es el texto descriptivo?
La descripción es un modo de organizar el discurso que sirve para representar la realidad a través del lenguaje. Se pueden describir todos los aspectos de la realidad, desde los más concretos a los más abstractos, es decir, se pueden representar lingüísticamente a personas, animales, objetos, paisajes, épocas, sentimientos, etc. Por medio de las secuencias descriptivas se proporcionan distintos tipos de datos (características de los elementos objeto de descripción, funcionalidad, partes, comportamientos, semejanzas, etc.)
Como todas las secuencias (modos de organizar el discurso), la descriptiva puede ser la dominante en un texto (informe médico, presentación de vinos, tratado de botánica) pero en muchos textos aparece combinada con otras secuencias, por ejemplo, la explicativa o la argumentativa. En el ámbito literario forma parte sustancial de los relatos: junto con la secuencia narrativa y la dialogal es parte esencial de la representación del mundo de ficción.
Se pueden distinguir dos clases de descripción, la objetiva y la subjetiva:
 
·         En una descripción objetiva el autor adopta una actitud imparcial frente al objeto descrito, y se limita a describir, con la mayor objetividad y precisión posibles, las características que mejor lo definen (no trata de suscitar ninguna emoción estética en el lector). Este tipo de descripción es característica de los textos académicos y científicos.

·         En una descripción subjetiva el autor refleja lo que le sugiere personalmente el objeto que describe, y en muchos casos los datos aparecen de manera desordenada. Contiene una gran carga subjetiva y su finalidad suele ser estética.  
La opción por un tono más subjetivo o más objetivo, así como el grado de importancia que se otorgue a ordenar estrictamente la información dependen siempre de la situación de comunicación y del propósito del intercambio.
La descripción tiene una función relevante en el ámbito de las disciplinas científicas que se proponen dar cuenta de forma organizada y exhaustiva de las características del mundo natural y social. Por eso encontramos descripciones en la astronomía, la física, la geología, la química, la botánica, la geografía, la historia, la economía o la antropología. En definitiva, toda ciencia tiene su dimensión descriptiva junto a su dimensión explicativa. El texto académico no es una excepción, ya que tampoco puede dar lugar a equívocos, debe ser preciso y huir de toda ambigüedad. Por lo tanto, quedan alejados del estilo académico los dobles sentidos y todos los elementos que permiten múltiples lecturas, ya que dificultan la comprensión de contenidos. También cabe destacar que la objetividad es imprescindible. El texto académico proporciona información que no depende de los sentimientos y emociones del investigador, sino que deriva de los datos de la realidad, o por lo menos ésta es la impresión que conviene transmitir.
Estructura del texto descriptivo

Mientras que una descripción no científica puede incluir desordenadamente datos muy subjetivos (por ejemplo, la descripción de la persona amada en una conversación informal), en un texto académico, en cambio, las descripciones sólo admiten datos objetivos y comprobados. Además, en un texto científico, el orden es esencial y debe emplearse necesariamente un estilo objetivo, claro y conciso.

Podemos considerar tres procedimientos ordenados:
1.   Establecimiento del tema: es la presentación del objeto como un todo. Éste se puede establecer desde el inicio o bien después de enumerar características.
2.   Caracterización: se distinguen las cualidades, las propiedades y las partes del objeto de la descripción.
3.   Relación con el mundo exterior: se establece una relación tanto en lo que se refiere al espacio y el tiempo como a las múltiples asociaciones que se pueden activar con otros mundos y otros objetos análogos (comparación, metonimia, metáfora).
Observa el siguiente ejemplo (Fragmento extraído de DAWKINS, R. (1988) El gen egoísta. Barcelona: Salvat, pp. 18-19).
 
Establecimiento
del tema

La estructura de las moléculas
[...] En los organismos vivientes modernos existen otras grandes moléculas que son altamente complejas, y su complejidad se evidencia en varios niveles.

Caracterización

La hemoglobina de nuestra sangre es una típica molécula de proteína. Está formada por cadenas de moléculas más pequeñas, aminoácidos, y cada una de ellas contiene unas cuantas docenas de átomos dispuestos de acuerdo con un modelo preciso. En la molécula de hemoglobina hay 574 moléculas de aminoácidos. Éstas están dispuestas en cuatro cadenas, que se enrrollan unas con otras para formar una estructura globular tridimensional de sorprendente complejidad.
 

Relación del tema con el mundo exterior

Un modelo de una molécula de hemoglobina se parece más bien a un denso arbusto espinoso. Pero, a diferencia del arbusto espinoso real, no es un patrón aproximado y sujeto al azar sino una estructura definitiva e invariable, repetida idénticamente, sin una ramita o torsión que quede fuera de lugar, más de seis mil millones de veces en un cuerpo humano normal. La forma precisa de un arbusto espinoso que toma una molécula de proteína, tal como la hemoglobina, es estable en el sentido de que dos cadenas consistentes en la misma secuencia de aminoácidos tenderán a permanecer en reposo exactamente en el mismo formato enrollado y tridimensional.

 
¿Cómo se hace?

A. Idear (explorar la situación)
Tal y como hemos afirmado anteriormente, a través de la descripción, y en consecuencia, a través del lenguaje, podemos representar la realidad que nos rodea.
El primer paso que debemos llevar a cabo al realizar una descripción es buscar todos aquellos datos que nos sean útiles para crear este tipo de secuencia discursiva. Así pues, necesitaremos buscar información en dos sentidos.
En primer lugar, debemos analizar todas las características de la situación comunicativa. Toda descripción está condicionada por el contexto en que aparece la comunicación: la relación entre los interlocutores, el contrato comunicativo que se establece, el conocimiento compartido que se presupone. El propósito que se pretende -ya sea persuadir, convencer, criticar, informar, burlarse o conmover- orienta la descripción, cuya función puede ser predominantemente informativa o bien expresiva, argumentativa o directiva. Todo ello forma parte de la configuración pragmática.
En segundo lugar, trataremos de encontrar información sobre el contenido de la descripción. Éste responde a preguntas explícitas o implícitas, del tipo: ¿qué es?, ¿cómo es?, ¿qué partes tiene?, ¿para qué sirve?, ¿qué hace?, ¿cómo se comporta?, ¿a qué se parece? Para ello, aplicaremos técnicas para recuperar la información que tenemos en nuestra memoria y técnicas de documentación para ampliar nustros conocimientos del tema. Esta búsqueda de información será más o menos exhaustiva dependiendo del grado de especialización del texto que deseemos crear.
B. Ordenar (esquema estructural)
El segundo paso que debemos llevar a cabo es la ordenación de las informaciones que hemos obtenido. La estructura de los textos descriptivos puede variar, ya que se pueden establecer distintos grados de compeljidad.
C. Textualizar (redacción del texto)
Una vez cubiertas las etapas anteriores, se emprenderá la redacción del texto descriptivo, teniendo en cuenta la siguientes técnicas descriptivas:
  • Emplear sintagmas nominales ampliamente adjetivados. De la selección de las palabras adecuadas depende el éxito del texto descriptivo: nombres y adjetivos valorativos, precisos y sugerentes para representar con viveza una escena o para dar cuenta de la impresión producida por ella, terminología específica en el caso de la ciencia y de la técnica. Es importante recordar que cada disciplina científica cuenta con una terminología o un lenguaje especializado y es importante utilizar los terminos percisos para huir de la ambigüedad del lenguaje estándar.
     
Ej: El viento sur, caliente y perezoso...
El rumor estridente de los remolinos de polvo...
El monótono y familiar zumbido de la campana del coro.
  • Usar palabras que describen impresiones sensoriales.
Ej: El viento sur, caliente y perezoso... (tacto)
En las calles no había más ruido que el rumor estridente de los remolinos de polvo... (oído)
Las nubes que se rasgaban al correr hacia el norte. (vista)
En lo alto de la esbelta torre de la Santa Basílica. (vista)
 
  • Utilizar verbos en presente o imperfecto de indicativo. Ello permite llevar a cabo aseveraciones de carácter general, que resultan propias de las descripciones académicas.
Ej: La heroica ciudad dormía la siesta.
Aquellas sobras de todo se juntaban en un montón, parábanse como dormidas un momento y brincaban de nuevo...
Los coraliarios son parientes cercanos de las medusas y las actinias y forman...
  • Introducir enumeraciones de los distintos componentes del objeto descrito, colocados uno a continuación del otro (no aparecen conectores de carácter causal, consecutivo, condicional, etc.).
Ej: Las células se organizan en tejidos, órganos, aparatos y sistemas para realizar sus funciones.
  • Realizar definiciones. Esta técnica está estrechamente relacionada con la descripción y es una operación básica en la descripción académica. Consiste en predicar determinadas características de un objeto, un proceso o un fenómeno en general, con el objetivo de determinar a qué clase pertenece y cuáles son sus atributos distintivos, que lo convierten en un objeto singular. Esta estrategia es tan común en las disciplinas científicas en las que se investiga en torno a características del mundo físico, como en las disciplinas de humanidades, que investigan en torno a características, propiedades y configuración del mundo social, cultural o psicológico.
Ej: Las plaquetas o trombocitos son restos celulares derivados de unas células llamadas megacariocitos, y participan en el proceso de coagulación sanguínea.
  • Introducir analogías. Esta estrategia consiste en comparar lo que se intenta describir con otro objeto o concepto más sencillo, más conocido por el lector. La analogía puede ser una estrategia muy útil para trasmitir conceptos, razón por la cuales muy frecuente en textos académicos, tanto en secuencias descriptivas como en secuencias expositivas o argumentativas. Sin embargo, no tenemos que olvidar que las comparaciones son solamente una ayuda para la comprensión, no constituyen verdades absolutas. La analogía tiene cabida en un texto académico solamente cuando es un mecanismo para facilitar la comprensión; a diferencia de lo que sucede en las descripciones literarias, en las descripciones científicas no deben aparecer comparaciones o metáforas con fines estilísticos.
Ej: Un modelo de una molécula de hemoglobina se parece más bien a un denso arbusto espinoso.
 
  • Emplear terminología específica.
Ej: Las válvulas están constituidas por unas membranas (dos la bicúspide y tres la tricúspide) insertas en las paredes del corazón.
  • Utilizar recursos expresivos.
- Comparaciones:
Ej: Cual turba de pilluelos, aquellas migajas se juntaban en un montón...
Parábanse como dormidas...

 
-Metonimias:
Ej: La heroica ciudad dormía la siesta (el todo por la parte; los que duermen la siesta son algunos de sus moradores).
 
-Personificaciones:
Ej: Los cristales temblorosos de los faroles.

-Aliteraciones:
Ej: Más ruido que el rumor estridente de los remolinos. (aliteración de /r/ para indicar el sonido del viento).
Técnicas descriptivas
Una vez cubiertas las etapas anteriores, se emprenderá la redacción del texto descriptivo, teniendo en cuenta la siguientes técnicas descriptivas:

  • Sintagmas nominales ampliamente adjetivados.

    El viento sur, caliente y perezoso...
    El rumor estridente de los remolinos de polvo...
    El monótono y familiar zumbido de la campana del coro.


     
  • Verbos en presente o imperfecto de indicativo.

    La heroica ciudad dormía la siesta.
    Aquellas sobras de todo se juntaban en un montón, parábanse como dormidas un momento y brincaban de nuevo...
    Los coraliarios son parientes cercanos de las medusas y las actinias y forman...



     
  • Palabras que describen impresiones sensoriales

    El viento sur, caliente y perezoso... (tacto)
    En las calles no había más ruido que el rumor estridente de los remolinos de polvo... (oído)
    Las nubes que se rasgaban al correr hacia el norte. (vista)
    En lo alto de la esbelta torre de la Santa Basílica. (vista)

  • Terminología:

    Las válvulas están constituidas por unas membranas (dos la bicúspide y tres la tricúspide) insertas en las paredes del corazón.

     
  • Definiciones:

    Las plaquetas o trombocitos son restos celulares derivados de unas células llamadas megacariocitos, y participan en el proceso de coagulación sanguínea.

     
  • Enumeraciones:

    Las células se organizan en tejidos, órganos, aparatos y sistemas para realizar sus funciones.

     
  • Recuros expresivos:

     
    • Comparaciones:

      Cual turba de pilluelos, aquellas migajas se juntaban en un montón...
      Parábanse como dormidas...


       
    • Metonimias:

      La heroica ciudad dormía la siesta (el todo por la parte; los que duermen la siesta son algunos de sus moradores).

       
    • Personificaciones:

      Los cristales temblorosos de los faroles.

       
    • Aliteraciones:

      Más ruido que el rumor estridente de los remolinos. (aliteraci
      ón de /r/ para indicar el sonido del viento).